Cuidar es más que conmemorar
Jun 26, 2025
Por Iván Vega
El 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha promovida para generar conciencia y realizar actividades que contribuyan a la conservación de nuestro entorno. Sin embargo, esta conmemoración me lleva a una reflexión profunda:
¿De verdad basta con un solo día al año para honrar, cuidar y proteger el medio ambiente?
No deberíamos limitar el cuidado del planeta a una jornada simbólica. Al contrario, necesitamos acciones cotidianas y colectivas que, aunque parezcan pequeñas, tienen el poder de transformar nuestra relación con la Tierra. Por ejemplo:
- Reciclar y reducir nuestros residuos
- Ahorrar y reutilizar el agua
- Proteger la biodiversidad vegetal y animal
- Disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero
- Cuidar y restaurar la salud de los suelos
Cada uno de estos gestos, aunque simple, suma fuerza cuando se convierte en práctica diaria.
Pero para que estas acciones tengan un verdadero impacto, deben ir acompañadas de una mirada crítica sobre las causas que originan el deterioro ambiental. No basta con modificar hábitos individuales si no cuestionarnos también los modelos de producción y consumo que degradan nuestros ecosistemas y profundizan las desigualdades.
Es incongruente conmemorar al medio ambiente un solo día mientras, en nuestras rutinas diarias, hacemos un uso irracional de los recursos y permanecemos indiferentes ante los daños que provocamos. Las actividades humanas centradas en la extracción intensiva y el consumo desmedido no solo deterioran el entorno natural: también debilitan los vínculos comunitarios y generan tensiones sociales por el acceso, uso y control de los bienes comunes.
Además, es importante reconocer que la crisis ambiental no afecta a todos por igual. Las comunidades más vulnerables son las rurales, campesinas, indígenas y urbanas y suelen enfrentar de forma desproporcionada las consecuencias del deterioro ambiental: contaminación, pérdida de territorios, escasez de agua o alimentos, y aumento de enfermedades relacionadas con el entorno. Esta realidad evidencia que el cuidado del medio ambiente también es una cuestión de justicia social y ecológica, donde garantizar el acceso equitativo a los recursos naturales y respetar los saberes territoriales resulta fundamental para una transformación real y duradera.
Preservar el medio ambiente no depende únicamente de grandes inversiones económicas. Hace falta, sobre todo, un cambio profundo en nuestra conciencia colectiva. Debemos comprender con claridad dónde estamos situados como humanidad, qué modelo de vida sostenemos y hacia dónde nos conduce. Los pequeños cambios cotidianos, cuando nacen desde una visión crítica y comprometida, tienen el potencial de transformar nuestro entorno de forma real y duradera.
En Padre Huerto creemos que cuidar el medio ambiente también implica transformar nuestra relación con la tierra, los alimentos y la comunidad. Por eso promovemos la creación de huertos como espacios donde florece no solo la vida vegetal, sino también la conciencia colectiva.
Más allá de producir alimentos, el huerto permite reconectar con los ciclos de la naturaleza, recuperar el valor del trabajo comunitario y avanzar hacia la soberanía alimentaria, entendida como el derecho a decidir cómo y qué cultivar, en armonía con el entorno. Estos espacios ofrecen una alternativa concreta frente a modelos productivistas, y muestran que es posible regenerar la tierra mientrasregeneramos el tejido social.
Sembrar, en este contexto, es también un acto de resistencia y de esperanza.
No esperemos al próximo 5 de junio para actuar. Todos los días son una oportunidad para sembrar, cuidar, restaurar y reconectar con la vida que nos sostiene.
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